En los últimos años la palabra “estrés” se ha popularizado entre la sociedad. El estrés es una reacción fisiológica en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa, para enfrentar una situación que se percibe como amenazante. No obstante, son muchas las personas que día a día se enfrentan ante esta situación, la cual produce un desgaste mental, emocional e incluso físico.
En un esfuerzo para entender los factores estresantes a los que se enfrentan constantemente los docentes de nivel universitario y la forma en que son afrontados dichos factores, es realizado el presente trabajo, en base al artículo publicado por Eloísa Guerrero Barona (2002).
Lazarus y Folkman (1966), parten del concepto de estrés como un proceso dinámico y bidireccional, es decir, como un conjunto de relaciones particulares entre la persona y la situación, valorada por la persona como algo que incrementa o excede sus propios recursos y que pone en peligro su bienestar personal. Además definen el afrontamiento, como la acción y ejecución de estrategias previamente elaboradas, para manejar el estrés.
Cabe mencionar que no existe una formula generalizada para afrontar cada una de las situaciones que producen estrés.
Lazarus y Folkman (1986) señalan que, existen dos estrategias con las cuales es enfrentado el estrés: la resolución del problema y la regulación emocional. La primera tiene como función manipular el problema que está causando el malestar, o bien, incrementar los recursos para hacerle frente. La segunda está centrada, en la emoción, en el desahogo, y se utiliza cuando la persona percibe que el factor que produce estrés perdurará por largo tiempo.
Los primeros estudios realizados para analizar las formas en las que los docentes enfrentan el estrés, surgen en Estados Unidos a finales de los 70’s y principios de los 80’s, dando como resultado que un número significativo de profesores sufrían estrés moderado o considerable.
El estrés en la enseñanza, ha sido identificado como una de las causas que más contribuyen al desencanto de los maestros, ya que, el 40% de profesores encuestados afirman que no volverían a elegir este trabajo si pudieran hacerlo de nuevo, y que no consideraban el seguir trabajando hasta su retiro.
Investigaciones recientes, coinciden en afirmar que el estrés docente crónico puede derivar en del síndrome de burnout, que está caracterizado por un agotamiento físico y/o emocional.
El burnout (o síndrome del quemado), es una patología severa, que está relacionada con el ámbito laboral y el estilo de vida que se lleva. Es un trastorno emocional provocado por el trabajo, y que conlleva graves consecuencias físicas y psicológicas cuando el problema se agudiza. Algunos de sus síntomas son: tics nerviosos, temblor de manos, taquicardia, pinchazos en el pecho, aumento de la presión arterial, dolores musculares, problemas digestivos, trastornos del sueño e inapetencia sexual.
Una de las principales características del síndrome, es que se produce en profesiones que la persona ha elegido libremente, es decir, en las vocacionales más que en las obligatorias. El problema surge cuando los horarios no les permiten realizar todo lo que habían idealizado en la profesión, o el sueldo no les alcanza para lo anhelado. La realidad no se parece a lo que se había imaginado que era.
Las profesiones relacionadas con el mundo sanitario, la educación o la administración pública, suelen ser las más afectadas. Según datos recientes el 20% y 30% de los médicos, profesores y policías, padecen sus síntomas.
Gold (1985) analizó, la relación entre el burnout y seis factores personales (sexo, estado civil, número de años en la misma escuela, nivel docente y dificultad en el control de los alumnos) en profesores de primaria y secundaria. Como resultado obtiene que las mujeres docentes tienden a un nivel bajo de despersonalización o pérdida de identidad, y a una mayor realización o logro personal; los jóvenes tienen un sentido más fuerte de realización personal aunque mayor agotamiento; los profesores sin pareja presentaron un mayor burnout, y por último, los profesores de los alumnos mayores, mostraron un mayor agotamiento y despersonalización.
Para los profesores, el estrés puede resultar de múltiples interacciones entre estudiantes, padres de familia, administradores o colegas, centrados en temas de disciplina o instrucción. Pueden ser estresantes tanto las malas relaciones personales en el contexto laboral, como las interacciones negativas resultantes de la falta de apoyo social (Manassero y col. 1995).
Una variable motivacional señalada por algunos autores como variable extrínseca, es el salario, no obstante, el déficit salarial es uno de los factores que propician el padecimiento de burnout entre los docentes.
En una encuesta realizada a 258 profesores de una Universidad de Extremadura, se llegó a la conclusión de que la desconexión mental, es la técnica más utilizada para afrontar el estrés, sin embargo, la religión, el humor, la convivencia familiar, las reuniones sociales, el afrontamiento del problema, la reinterpretación positiva de la situación y los talleres de motivación, son otras de las técnicas que utilizan para hacer frente al estrés, y así mismo aminorarlo.
La calidad de las organizaciones universitarias, está relacionada con las consecuencias nocivas que se derivan de una forma inadecuada de enfrentar el estrés, lo que trae consigo problemas de salud. Es por ello que es necesario que las instituciones educativas, tomen las medidas requeridas, para lograr aminorar los niveles de estrés de sus empleados, ya que al momento de estar un docente estresado, la calidad de su trabajo será mínima.
Algunos estudios han obtenido resultados positivos con programas que manejan estrategias centrados en afrontar el problema, que incluyen el entrenamiento de solución del problema, la búsqueda de un punto intermedio y el entrenamiento para el manejo eficaz del tiempo.
Los objetivos principales de los programas en la adquisición de habilidades para manejar adecuadamente el tiempo, se dirigen al establecimiento de prioridades que deben ser realizadas en un horario disponible, así como aumentar la cantidad de tiempo para atender las actividades prioritarias y la frecuencia de las condiciones laborales de urgencia.
Otras de las estrategias de afrontamiento individual recomendadas, son los congresos y cursos de formación, ya que ayudan a la elaboración de metas y objetivos reales.
El tomar momentos de descanso durante el trabajo, es una de las estrategias más recomendadas para el afrontamiento del estrés laboral, ya que sirve como respiro emocional que facilita la relajación del sujeto física y mentalmente. EL enfado y la agresividad que acompañan la frustración es más fácil de evitar cuando se enfrían las emociones (Gil-Monte y Peiró, 1997).
Es innegable el hecho que los docentes se enfrentan continuamente a factores estresantes, y desgraciadamente los directivos de los centros escolares no buscan formas adecuadas para aminorar los niveles de estrés de sus maestros. Es una pena que sabiendo la importancia y responsabilidad de conlleva la práctica educativa, no se le den los incentivos necesarios a los maestros para potencializar su trabajo.
Sin embargo, nosotras como futuras docentes, debemos aprender a conocernos, a identificar aquellas cosas que nos pueden sacar de nuestro equilibrio, así como buscar técnicas que nos ayuden a aminorar el estrés que nos producen, ya que un maestro equilibrado es un excelente formador.
Referencias documentales
Guerrero, E, Barona. Red de revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal. “Modos de afrontamiento de estrés laboral en una muestra de docentes universitarios”. 2002. http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=27404309&iCveNum=1257 (18 mayo 2009)
Así es Diana los docentes diariamente se encuentran en situaciones bastante estresantes pero ya esta en cada uno de nosotros el como canalizarlas, y de igual manera coincido contigo en que algunos directivos no se preocupan por su personal y esto es lamentable ya que en algunas ocasiones esto se ve reflejado en su practica docente.
ResponderEliminarP. D. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia .
coincido contigo diana en lo que mencionas que el estres es uno de los desencantos del maestro y yo creo que muchas de las esta puede ser una causa para que el maestro no haga bien su trabajo y no trabaje con vocacion si no mas bien por lo econocmico.
ResponderEliminarQue el estrés es un factor que no beneficia al docente, estoy de acuerdo, algunos directivos no buscan la forma de cómo pueden ayudar a que sus trabajadores no tenga estrés, pero no se puede generalizar, existen instituciones que si están organizadas, de manera que ofrecen algún incentivo a los docentes, por su desempeño, de igual modo son pocas las instituciones que tienen esta preocupación de apoyar a sus trabajadores, el equilibrio emocional es muy importante en el ser humano, la motivación es la reguladora de lo que, el hombre haga o deje de hacer, es importante que el docente se conozca a sí mismo, que pueda estar atento a los cambios emocionales que pudiera presentar para que no afecten su desempeño y la condición de los alumnos. Un maestro emocionalmente equilibrado tendrá mejor desempeño.
ResponderEliminarEn la actualidad estamos viviendo tan de prisa que es muy común que las personas y niños sufran de estrés. Es importante que las instituciones incentiven a sus profesores para que su desempeño sea mayor y mucho mejor. Como resultado los maestros se sentirán más tranquilos y como consecuencia los alumnos se verán afectados positivamente en su rendimiento académico.
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